El mejor Jefe de Seguridad de República Dominicana

Si piensan que les voy a dar un nombre, les diré igual que el Procurador de los tiempos del dólar a 60 por uno: – «No os desespereis». Esta semana estuvimos en el Congreso de Copardom, y como siempre que se tiene la oportunidad de compartir con colegas, en las conversaciones de pasillo se generan los temas que prácticamente podrían definir el contenido de futuras investigaciones, seminarios, ponencias…. pero les quiero compartir uno en particular: el cumplimiento de las reglas por parte de los trabajadores.

Es que a pesar de los avances de la seguridad en la República Dominicana, en muchos lugares de trabajo el uso de los equipos de protección personal sigue siendo un dolor de cabeza para muchos de los que supervisan personal en algunos sectores, por ejemplo, el caso de la construcción. Uno de los argumentos usados es la falta de cultura por parte de los que laboran en esa industria. Sin embargo, a esta excusa suelo devolver esta pregunta: – «¿Y qué le pasa a ese trabajador que no se pone el arnés si un día preparándote una mezcla le pone cemento de menos y la loza se cae, o si cambia la distribución del acero, o…..?» La pregunta nunca concluye, pues el ingeniero de inmediato corta y dice – «Oh! Yo lo cancelo».

¿Hay que cancelar a los trabajadores que no usan sus EPP? No, solo hace falta hacerles sufrir las mismas consecuencias que si fallaran en hacer un trabajo con la calidad, el volumen o los costos esperados. Lamentablemente, hay varas diferentes para medir en cada caso, y los empleados se dan cuenta al vuelo, y por eso se toman esas licencias. Uno de los contertulios puso el ejemplo de una empresa dominicana, de dueños dominicanos, donde hay que ir a ver los niveles alcanzados en la prevención, esto gracias más que nada al seguimiento que da al tema de la seguridad su presidente, quien casualmente es también un líder empresarial de renombre en el país, siendo su empresa galardonada por niveles de calidad alcanzado por sus exportaciones. Oír esto no me sorprendió.

Desde siempre he parafraseado la expresión popular de que «Existe un sólo niño bello en el mundo, y cada madre lo tiene», diciendo que cada empresa puede tener el mejor jefe de seguridad si sus dueños o directivos están comprometidos con la prevención y son conscientes de su responsabilidad social. Si ese compromiso es suficientemente grande, quizás ni haga falta jefe de seguridad, pues en cada puesto de trabajo tendrá uno.

1/11/2008

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